Sí, mi hijo cree en Dios, pero yo no.
Esto de la fe (por simplificar lo llamo así) es una cuestión muy generacional.
Mi padre era un ateo recalcitrante. Padeció a un padre autoritario, oficial del ejército de Franco. Dice Raymond Carr que la Iglesia era una de las familias del franquismo. Sospecho que mi padre proyectaba en la Iglesia la rebeldía que sentía contra su familia y contra Franco. Es un entramado de asociaciones que explica, en parte, su descreimiento.
Mi caso es distinto. Mi madre apostató y mi padre trató de inculcarme su anticlericalismo; mi madre era artista bohemia (al principio, bohemia al principio) y mi padre intelectual. Juntos reforzaron su militancia contra la dictadura y contra la religión. Con todo, no soy recalcitrante, ni siquiera ateo, sino que cultivo un agnosticismo muy previsor, porque nunca se sabe, y porque me cautiva el irracionalismo acientífico. Además, siento mucho respeto por la espiritualidad de los demás.
Mi hijo se ha criado en la República Dominicana. Allá aprendió a hablar de «papá Dios», sin que yo jamás osara corregirlo. Cuando me preguntaba por Él, le decía sin medias tintas que yo no creía, pero mucha gente sí. Callaba, tranquilo, y se reafirmaba: «yo sí». En las últimas semanas, con la llegada de la Navidad, mi hijo ha postulado su primera cosmogonía: primero fue Dios, que no tuvo padres; de él nacieron, primero, los Reyes Magos, y después Papá Noel, y, finalmente, la princesa Rapunzel, de cuyo origen no puedo acordarme.
Yo no he sufrido traumas familiares ni me ha oprimido dictadura alguna, de modo que no tengo resentimientos ni fobias. Por eso no quiero entrometerme en el sentimiento de trascendencia de hijo (que yo también tengo, cada vez más vivo), pero debería hablar con él para deshacerle este confuso panteón de deidades, personajes de Disney y criaturas de leyenda.
1/01/20 at 9:25 pm
Lo más esencial en la vida no se puede enseñar…se encuentra. Sigue mirando a tu hijo como lo estás mirando. Sabiendo que tiene “un secreto” lleno de Misterio…El ser humano está muy bien hecho y en los niños es en donde mejor se ve.