Escribir a pesar de escribir: el oficio de Luis Landero

Luis Landero

 

 

 

 

 

Hace como una década contacté por teléfono con Luis Landero (Badajoz, 1948). Colaboraba yo con una revista de mi departamento elaborando reseñas y aproveché para pedirle que leyera unos textos míos. Rehusó: «Son los editores quienes deben leer». Más tarde, en una entrevista en la radio, le escuché decir algo así como: «Estoy saturado de literatura: soy escritor, profesor, mi mujer también es filóloga…» (todas las citas tienen la fidelidad de mi recuerdo, sólo). En un ensayo de 2000, Entre líneas: el cuento o la vida, plantea la disyuntiva del escritor que consume su vida frente a borradores y miles de páginas escritas cuando podía haber invertido su tiempo en experiencias reales. El año pasado, en 2014, en una entrevista que concedió al programa de TVE Página 2, decía que su más reciente obra, El balcón en invierno, se debía a un cierto hastío de la ficción.

Cuando recupero todas estas declaraciones recuerdo a otro escritor a quien dediqué unos años, Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948). En su obra Bartleby y compañía (2000) hace un repaso de los escritores ágrafos, aquellos que se quedaron con la obra en potencia, siempre pospuesta y nunca realizada. Ahora no recuerdo bien si hace una relación de aquellos que escribieron a pesar de todo, a pesar del mismo oficio de escribir. Porque escribir supone una renuncia. Quien escribe (o lee) invierte un tiempo de silencio y soledad en una labor secreta que, aunque se cuaje en una comunicación posterior (publicación, ferias, entrevistas), quizá no compense del todo aquella renuncia a la vida real.

Estas declaraciones de Luis Landero también me han recordado a Ovidio, cuyo padre no quería que su hijo se dedicara a la poesía, sino a las leyes. Pese a todo, Ovidio declara: «todo lo que escribía me salía verso» (en algún lugar que no recuerdo de mi ejemplar de las Metamorfosis). Quizá para Landero pase algo parecido, no en el sentido de la forma de escribir, sino del hecho mismo de hacerlo. Una suerte de ineluctabilidad del oficio, que le cansa pero no puede dejar. Menos mal para mí, que he disfrutado de Juegos de la edad taría, El guitarrista, Hoy Júpiter, etc.


2 respuesta a «Escribir a pesar de escribir: el oficio de Luis Landero»

  • Miguel

    Me encanta el artículo ¿O habría que llamarlo ensayo?
    «Juegos de la edad tardía» rondaba por la biblioteca familiar y tenía ganas de leerlo, pero desde hace mucho tiempo, no lo veo. A ver si ha caído en alguna de las «limpiezas» que hace mi padre…

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